Mi 18 de Noviembre

Fue un momento duro, muy duro cuando la noticia llegó y nos turbó de tristeza. La fortaleza y entereza que siempre había manifestado se derrumbaba estrepitosamente. En esos momentos uno no sabe qué decir porque un mar de imágenes y recuerdos inunda tu pensamiento. Una imagen tras otra, un recuerdo tras otro, una sonrisa tras otra….

No puedes hacer nada y sólo un terrible dolor irrumpe en  tu corazón, un corazón que se marchita a la vez que agita tu ritmo cardíaco; sí, una controversia similar a aquella que marca el ciclo de la vida y de la muerte.

Fue en abril de 2012 cuando decidí dar un tiempo de reflexión a mi blog y no encontraba el momento de reactivarlo. El día a día, las largas jornadas de trabajo y el continuo ajetreo de nuestras vidas no hacen otra cosa que dificultar la búsqueda del mejor momento para una buena reflexión. Efectivamente no son más que meras excusas que utilizamos, involuntariamente, para continuar haciendo rutinarios nuestros actos; sin embargo, en un encuentro del pasado 19 de noviembre con mi “buena gente”, mi amigo Ramón,  te hace reflexionar y pensar de nuevo.
Y lo he decidido, qué mejor recuerdo y tributo puedo dedicar a aquel que luchó por vivir,  que más de tres años después de haber escrito mi último post, vuelvo a continuar mi “espacio abierto”, mi diario de actualidad y opinión, dedicándoselo a Carlos Arnaiz.

Una última lágrima empaña la visión del monitor de mi portátil mientras el estribillo de una canción de un grupo recién descubierto,  suena con el repiqueteo de los dedos sobre las teclas de mi teclado escribiendo este post (canción “Pa amb Oli y sal” de Blaumut):



...els astronautes volen baix,
els núvols passen com qui no diu res.
amb les butxaques a les mans
caminarem els passos d'altres peus...
esmorzarem pa amb oli i sal,
ho vestirem amb unes copes de vi.
deixant de banda la ciutat,
la tarda és llarga i potser més, molt més, la nit.
un altre lloc, un altre temps,
on parlarem amb altres déus.
el meu secret subtitulat,
camins d'arròs, camins de blat.
esperarem que baixi el sol
i sota l’arbre parlarem del temps.
un bioritme elemental,
un tros de vida artificial…


Carlos, sé que eres ese astronauta que vuela bajo, que compartirá largas tardes y muchas más noches con nosotros, conmigo, en otro lugar, en otro tiempo, vistiéndolo con unas copas de vino tal y como dice la  canción…
Somos muchos los que a pesar de la distancia, seguimos contigo y reímos contigo. Ahora el calendario tiene una fecha que marca el inicio de la nueva vida con el traje de madera. Que sepas que seguiremos siendo los mismos independientemente de cómo vayamos vestidos…

Va por ti Carlos, contigo por y para siempre!

¿Tiempos de Cambio?


Después de unos días de cambios y tras unos meses de silencio bloggero, me incorporo al foro de discusión, mi diario abierto de discusión y opinión para empezar a compartir aquello que nos hace ser libres y reflexionar: la actualidad desde un punto de vista claro y sincero.

Llevamos, dicen con 100 días de gobierno. Sinceramente, desconozco si lo que estamos en con 100 días de gobierno o con 100 días de continuos desaires hacia quien gobierna. Atrás dejamos unas elecciones nacionales y hace escasamente una semana, dejamos unas elecciones autonómicas (Andalucía y Asturias). Después del resultado sólo me queda quedarme reflexionando una vez más. El pueblo español es un pueblo tradicional con costumbres y arraigado a realizar las cosas de una misma manera; somos poco arriesgados al cambio y sin embargo nos gusta opinar sobre el cambio. Nos gusta ser libres pero nos incomoda ver a personas más libres que nosotros. Los escándalos políticos de nuestra Andalucía nos deja boquiabiertos pero sin embargo, los asumimos y casi nos acostumbramos a vivir con ellos. Los resultados en las urnas ofrecen una realidad que, nos guste o no, es la misma realidad que hemos vivido durante los últimos años.

Hemos acabado una huelga general, donde los sindicatos, a veces, me pregunto qué es lo que reivindican. Se supone que el núcleo central de la protesta era la nueva reforma laboral. Ahora no lo tengo tan claro. No es quizás sino, una protesta por lo que potencialmente les puede llegar y por lo que se supone reduce el nivel de confort de quien representa a los trabajadores? No lo sé, pero desde luego, me gustaría saberlo. Siempre hago referencia a mi antigua etapa profesional de continuos viajes en avión. Y suelo contar la anécdota de encontrar en un par de ocasiones a quien se erige como secretario general de UGT, Sr. Cándido Méndez viajando en Business Class en el puente aéreo Madrid- Barcelona. Hay algo que no funciona en este país. En tiempos de crisis, las empresas se han apretado el cinturón y recomendado/obligado a reducir los costes y gastos asociados a los viajes y desplazamientos por motivos laborales; no obstante, en esa ocasión, el máximo representante nacional de uno de los sindicatos mayoritario de nuestro país, viaja en bussiness class en un trayecto de poco más de 45 minutos… Sinceramente, no veo coherente esta actitud ante la vida y sobre todo, ante los trabajadores… Reitero que aquí m intención no es juzgar, ni realizar juicios de valor, mi única intención es plasmar y reflexionar de manera abierta con hechos objetivos.

Ahora llegamos a Semana Santa, ese tiempo de reflexión y meditación religiosa que no en vano, es capaz de camuflar sentimientos de egoísmo, de malas prácticas y vivencias personales, bajo un capirote de nazareno. Es la magia de nuestra Semana Santa. Y a mí, personalmente, me basta si con ello, en todo el tiempo en que se vive, existen unos segundos de reflexión interna hacia cómo y por qué hemos realizado ciertas cosas y realmente intentamos arrepentirnos. Nazareno o no, si en el fondo hay un pequeño instante de meditación y arrepentimiento hacia algo que consideramos hemos realizado de manera no óptima, la experiencia y el momento merecerá la pena. Aprovechemos estos días para meditar en cómo podemos mejorar nuestra conducta y sobre todo, en pautarnos un modo de actuación basado en el respeto hacia nuestro alrededor y en el respecto a nuestro fuero interno. Podemos ser capaces de dejar nuestra máscara a un lado y volver de Semana Santa con una nueva forma de actuación ante nuestros semejantes? Podemos regresar pensando en modelizar nuestra conducta profesional y reorientarla hacia la máxima eficiencia? Yo creo que en la vida, todo es posible siempre y cuando no perdamos la paciencia.