Lealtad y docilidad, cuántas veces nos confundimos!!


He vuelto a estar presente en una conversación donde claramente se han visto malinterpretados los términos. En nuestro entorno profesional o en las asociaciones grupales a las que pertenecemos, tenemos una clara disposición truncada y confusa hacia lo que engloba el término lealtad. Vamos a identificar y reflexionar un poco sobre ello.
Un directivo busca y persigue personas leales que le acompañen en su día a día pero ¿qué implica este término?

  • Lealtad implica madurez profesional y personal. Una persona leal es una persona que utilizando su integridad, experiencia y buen hacer, es capaz de ofrecer un argumento sólido y basado en principios aprendidos, mostrando el camino más idóneo para lograr un determinado objetivo. La lealtad ofrece argumentos y cuestiona formas de alcanzar propósitos. La lealtad no cuestiona principios porque en sí misma es un principio y valor.
  • Lealtad implica libertad de expresión, decisión y elección de aquella alternativa que mejor se ajusta a un planteamiento de tu superior u homólogo directivo.
  • Lealtad implica responsabilidad. Nosotros somos los únicos responsables de nuestros actos y nunca las situaciones coyunturales o el contexto en el que se desarrollan, constituyen los responsables inmediatos de ellos. Asumamos nuestra responsabilidad y entendamos esa responsabilidad como el criterio que debemos ofrecer a nuestro superior o jefe como el mejor ejemplo de lealtad. Soy leal porque asumo mi propia responsabilidad en los actos que desarrollo, siendo juez y parte de todo aquello que realizo. No eludamos responsabilidades propias y por supuesto, manifestémoslas de manera evidente ante nuestro responsable.
  • Lealtad lleva asociado el mantenimiento de una relación profesional sostenible y transparente. Hay que intentar actuar de manera consecuente con cómo nos relacionamos con nuestros superiores. La lógica y la generación de espacios de confianza entre el jefe y su subordinado llevan asociados la asunción del valor de la lealtad.
  • Lealtad implica capacidad por asumir compromisos e independencia en la toma de las acciones necesarias para el cumplimiento de estos compromisos. Eres leal a tu jefe y a tu organización y por ello, tu conducta (manifestada por tus valores) es un espejo a través del cual otros te catalogan y establecen vínculos de unión importantes. SI somos leales, tenemos independencia para ofrecer alternativas y cuestionar acciones que se apartan de la ética más pura y profesional de nuestro trabajo.
Pero con todo este escenario, por qué asumimos y confundimos el término lealtad con el de sumisión y docilidad? ¿Qué es ser dócil?:
  • Docilidad implica inseguridad. Inseguridad con uno mismo e inseguridad en la relación con terceras personas. La lealtad permanece cuando se ha rotto tu vínculo profesional con tu jefe/responsable, pero la docilidad desaparece en el mismo momento en que tu responsable prescinde de ti.
  • Docilidad implica falta de carácter y personalidad propia.
  • Docilidad significa dejarse llevar por atributos basados en el mínimo esfuerzo. Alguien dócil es alguien que profesa la vagancia en sus acciones.
  • Docilidad representa sentimientos constantes de halago hacia tu jefe.
  • Docilidad es respuesta y acción sin meditación.
  • Docilidad no construye relación sino que soporta un vínculo de causalidad directo que en cualquier momento es fácilmente rompible.
  • Docilidad es sumisión.
¿En nuestro día a día, hacia dónde nos posicionamos?¿Podemos ser capaces de orientar nuestros actos hacia la lealtad y no hacia la docilidad?

¿Cuántas veces rompemos nuestros principios más básicos y decidimos hacer las cosas porque así nos las recomiendan aún a pesar de existir mejores alternativas? ¿Somos realmente felices y podemos mantener una relación profesional a largo plazo con una relación basada en la docilidad? Yo lo tengo claro e intento actuar consecuentemente cada día.

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