¿En qué consiste la Realidad?

Estamos pasando por un momento complicado y difícil. Hemos visto cómo una gran mayoría ha castigado el hacer, presupuesto saber hacer y buen hacer, de unos dirigentes nacionales y un determinado partido político y ahora qué hacemos? Son pocas las veces en las que un Gobierno ha sido castigado de esta manera en unas elecciones democráticas, los feudos más tradicionales han decidido dejar de serlos…

Con total independencia a la ideología o color político creo que es necesario reflexionar: Qué hubiera pasado si en una de nuestras empresas, los resultados de los directivos y ejecutivos de la misma sean similares a los votos conseguidos por el partido de turno que gobierne? La respuesta creo que es obvia; sin embargo, el poder nos cautiva, nos hace ser más fuertes en los momentos de debilidad y nos hace autoprotegernos. Creo que no es éticamente correcto ni lícito permanecer y agachar la cabeza cual avestruz temeroso. Por encima de todo están las personas y el honor de aquellos que vivimos en la sociedad que intentamos hacer cada día mejor.. Cuando se pierde la confianza de quien te la ha otorgado, debes intentar recuperarla pero ojo, esta recuperación debe forjarse fuera de la situación que has originado. Autoanalízate en soledad, reflexiona y asume la derrota. Escóndete y hazte tú mismo fuerte antes de ganar nuevamente la confianza de terceros. Esto no es un juego, no es la satisfacción del deseo de autoprotección. Seamos dignos y seamos ejemplares. Las cosas no se resuelven con un Congreso o unas primarias. Esto va más allá. Estamos hablando de valores, de dignidad, de responsabilidad (y no sólo política) de cualquier tipo, de poder salir a la calle y sentir la satisfacción de que has sido y eres útil, de reconocer que has hecho todo aquello que ha sido posible.

Este post no va de izquierdas ni derechas, ni de rojos o azules,…este post va orientado hacia la meditación por un bien común y a la forma en que uno debe recompensar los méritos de otro. Seamos justos y recompensemos por los méritos directos y no por la incapacidad de la alternativa. La libertad es la gracia del proceso, pero una libertad no racional es la más mísera represión.

Leave a Reply