Y de ellos quién se acuerda

Nunca habían estado en una situación política tan privilegiada y también nunca habían estado tan debilitados técnicamente. Después de que la Conferencia Internacional de Paz haya articulado sus palabras, ha venido el comunicado del “fin definitivo de la actividad armada” de un grupo de indecentes.
Ayer vivimos el lamentable espectáculo mediático de tres miembros de la banda armada ETA, haciendo un llamamiento a dos países para establecer un diálogo político que medie en la resolución de “las consecuencias”.
No se merece que transcribamos las palabras de su comunicado pero de verdad, me causan nauseas. Yo de gente que habla con la cara tapada no me fío y lo que es más triste, de los que reconocen y homenajean a “sus compañeros” que han muerto por matar o intentar matar, o a aquellos que están sufriendo la cárcel o el exilio, tampoco. Yo sólo me acuerdo de los que no están por no haber hecho nada y que nadie los menta en el comunicado. ¿Dónde está el diálogo representado en un manifiesto unilateral? ¿Es acaso el mejor punto de partida el olvido de aquellos que han sufrido la pérdida o mutilación de sus vidas por no hacer nada?
Estoy avergonzado del texto de un comunicado simple, pensado y amenazante. Un texto que básicamente pretende condicionar una salida digna a los asesinos y establecer un marco social que acoja y proteja sus ideologías. Por mí, que se queden donde están y que piensen en sus presos eternamente.
Y por favor, BASTA YA de mediadores que pactan y utilizan palabras de terceros. Con la vida no se juega y por ideologías políticas mucho menos se asesina. Descubríos la cara, entregad las armas, terminad de soportar las condenas de vuestros actos y luego, podemos empezar a pensar en cómo articular un proceso de convivencia y libertad de expresión basado en el empleo de la palabra como única palanca de persuasión política.

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