20N: La decisión no está en el corazón

Las noticias me abruman, las noticias me desconciertan y las opiniones cada vez están más infundadas.

Estamos viviendo una situación marcada por la palabra CRISIS. Hace unos años este término se negaba e intentaba camuflar bajo la incierta certeza de que nosotros, España, estábamos lejos del peligro. Hoy me pregunto si las responsabilidades existen. No me imagino un desarrollo profesional al libre albedrío, como tampoco me imagino una responsabilidad como padre de familia totalmente ligera y superficial con tus hijos. Si la JUSTICIA intenta protegernos de nuestros enemigos cómo podemos llegar a ciertas situaciones sociales insostenibles.

España es un país con una tasa de paro oficial de más de 5 millones de personas. Y esta es la cifra oficial, que todos sabemos, obedece a un número menor de la tasa de desempleo real. En cualquier caso, no me hace falta incrementar este número para gritar que esta situación es insostenible a medio plazo. Si existe JUSTICIA, deberíamos solicitar que esa JUSTICIA ejerza su papel hacia aquellos que hoy en día siguen y seguirán aforados por su condición de políticos. Sí, estoy convencido, para ser alto representante de este país hay que saber y no sólo eso, sino que hay que demostrar que uno es capaz de desarrollar la labor que se le ha encomendado. Asumo periodos de aprendizaje, asumo inexperiencia previa pero lo que no puedo asumir, son compromisos futuros por negligencias de un gobierno de un determinado país. Esto va más allá de las responsabilidades políticas y se acerca a las responsabilidades penales.

España se encuentra hundida en la desesperación, en la improvisación de medidas económicas y en el esfuerzo hacia acciones que no van más allá de un mero propósito de ganar votos. Todavía sigo escuchando las ventajas y los inconvenientes de movimientos de derechas o las políticas de la izquierda. Yo soy aún más realista y objetivo. Yo apoyo a los políticos que son capaces de generar que tanto yo, como mis semejantes, tengas un alto poder adquisitivo y unas ganas de contribuir, generar, construir, y crecer la riqueza de un país. Yo apoyo a aquellos políticos que dirigen con el ejemplo y que piensan en algo más que asegurar un salario mínimo de subsistencia. Soy feliz cuanto más feliz me hacen y cuánto más feliz hacen a todos aquellos que me rodean. Sí y digo todos. Os imagináis un país donde mi bolsillo esté muy lleno de dinero y el bolsillo de todos aquellos que os encontráis también?. Ese es el país que quiero. Un país cargado de valores, esfuerzo, compromiso, bien hacia tus semejantes y crecimiento enriquecedor.

Pero esto hoy no lo veo, sólo veo el desencuentro, del desaliento y el deseo de un determinado partido político en continuar en el puesto a costa de lo que sea.

El próximo 20N nos toca decidir y yo lo voy a hacer pensando en aquellos que han tenido la ocasión de demostrarlo y que todavía no lo han hecho. Pensaré en las semillas y en los brotes verdes, pero sobre todo pensaré en cómo hacer para que esos brotes realmente aparezcan. No me voy a dejar engañar y sobre todo, voy a intentar premiar/juzgar/reconocer la labor de estos últimos años. Desgraciadamente, esa labor no me compensa y en base a ello, voy a tomar mi decisión de voto. No voy a votar con el corazón sino con la cabeza y me olvidaré de los movimientos populares de izquierda o derecha. Para mí, todo es igual ( a excepción del comunismo y los movimientos independientes) y como todo es igual, es decir, todos buscan lo mismo: el mayor beneficio para mí y para mis semejantes , decidiré aquello que mejor puede demostrarlo.

Os animo a que hagáis lo mismo y que tengáis aquello que a veces nos olvidamos demostrar. Tengo claro que en estas elecciones ésto no va de líderes sino de profesionales y de preparación. Sólo la salida de esta CRISIS podrá ser capaz si somos conscientes de que tenemos que buscar el próximo 20N la competencia, la seriedad y el compromiso hacia el trabajo y las ganas de trabajar. En resumidas cuentas, la búsqueda de la eficiencia en nuestros propósitos. Quiero ayudar a aquel que quiere dejarse ayudar pero no voy a dedicar esfuerzos a aquellos que quieren ser mantenidos. Lo he visto en mi casa y lo traslado a mis hijos, sólo el esfuerzo lleva a recompensas futuras y además, no suele suceder siempre.

¿Podemos hacer una reflexión más allá del corazón este 20N? Yo lo llevo haciendo los últimos años.

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