Archive for marzo 2011

Abre los ojos

Escuchaba un buen post de Julián Villanueva que hablaba del “hombre de los platillos”. Su post me ha obligado a reflexionar y no podía de otra manera que hacerle el tributo respondiendo en mi blog.

¿Quién es el responsable de que estemos despiertos y que podamos ser conscientes de que estamos por la senda correcta en nuestras Organizaciones? Creo que estamos sobre un problema manifiesto y real en nuestro entorno profesional. Lo primero de todo, destacar que desde el mismo momento en que llegamos a nuestras empresas, tenemos una tendencia natural a la monotonía: nos levantamos a la misma hora (habitualmente), solemos salir de casa bajo un marco temporal prefijado, hacemos uso del medio de locomoción cotidiano, llegamos a nuestras empresas y fichamos como lo solemos hacer habitualmente… no hay nada (mejor dicho casi nada) que nos haga pensar de manera natural, en que estamos ante un día completamente diferente. Pero ¿cómo podemos salir de esta rutina?

La primera reflexión que me gustaría dejar en la red es la de:

1) “Estar atentos a los símbolos”: por muy monótonas que sean la acciones que previsiblemente realizamos a lo largo del día, siempre hay gestos, símbolos, circunstancias que las hacen diferentes. En la diferencia está el aprendizaje y en él debemos confiar nuestras decisiones. Seamos conscientes de cada diferencia para aprender en cada una de ellas.

2) “Evitar caer en la autocomplacencia”. Sí, nuestro instinto nos lleva en muchas ocasiones a confiar de manera exagerada en nuestros propios actos, en nuestra propia razón, condición o manera de ser. Deberíamos ser capaces de discernir aquellos momentos en que nos basamos en nuestra manera de ser para justificar nuestras acciones y en aquellos otros en los que nos reconfortamos porque no somos capaces de encontrar otra explicación. Es bueno ser autocomplaciente, pero debemos evitar confundir la autocomplacencia con la seguridad y el orgullo de cómo nos consideramos cuando realizamos o tomamos decisiones en nuestro más inmediato entorno.

3) “Siéntete útil para ti y para el resto”. Nosotros mismos somos los más importantes “hombres de los platillos”. No es necesario que alguien nos abra los ojos, debemos ser capaces de poder discernir entre lo que puede ser correcto y alineado con los objetivos y aquello más superfluo. Mantengamos despierta y viva, en cada uno de nosotros, la duda o reflexión de si realmente estamos imitando a los mejores.

¿Os habíais planteado alguna vez el estar atento a cada indicador/símbolo diferencial de las actuaciones por muy rutinarias que sean?

La sorpresa como norma básica de aprendizaje


Los acontecimientos y la vorágine de vida en la que nos manifestamos, nos ha llevado a cuestionarnos nuestra actitud de sorpresa ante hechos, acciones o actitudes…pero ¿sorprendernos menos es bueno o malo? Yo diría que es malo.

La sorpresa forma parte de un proceso de excitación que obliga a cuestionar y despertar ciertos sentimientos personales. Vivimos en un mundo cada vez más soportado en el “pasotismo”, en la “indiferencia” o en el “individualismo”; sin embargo, si bien podemos caer en el pensamiento de que sólo importa el logro individual para el óptimo posicionamiento profesional, no debemos olvidar que a corto plazo, este hecho puede más o menos funcionar, pero por el contrario, aquello que no se materializa por desarrollos grupales no puede ser sostenible en el tiempo. La evolución humana ha sido clara en este hecho: El crecimiento del ser humano se desarrolla en base a experiencias colectivas y sociales (no individuales). Si bien un individuo puede ser elegido como representante o dominador, no lo es por sí solo, sino su función tiene sentido en el momento que es reconocido o (auto) impuesto sobre un colectivo.

La sociedad actual cada día nos ofrece nuevos símbolos e inputs, símbolos que son cada vez más difíciles de que superen nuestro umbral de sorpresa y realmente nos llamen la atención. Debemos estar atentos a cada acción, comportamiento y actitud que percibimos no sólo de nuestros semejantes (que suele ser más fácil) sino aquellas sorpresas que provienen de nosotros mismos. Cuántas veces nos hemos preguntado o cuestionado sobre una determinada acción mediante un “cómo pude ser capaz de hacer esto “ o “cómo no reaccioné como tenía que haberlo hecho”.

Os propongo que abramos los ojos, que seamos capaces de mirar a nuestros seres que nos rodean a la cara y que bajemos el umbral de nuestra sorpresa. De cada acción a nuestro alrededor podemos aprender y sobre todo, debemos orientarla a ser más felices con esta sorpresa. ¿Cuántas veces nos hemos dejado llevar por la monotonía? Fijaos en la imagen de sorpresa de los protagonistas de la foto que os he incluido en el post J

Esclavos de nuestro tiempo

La vorágine en la que nos encontramos nos encierra en una filosofía de pensamiento basada en la “facilidad”.  Nos creemos y creamos argumentos que casi son sólo sostenibles por nuestro propio pensamiento y/o por nuestras costumbres; sien embargo, ¿cuántas veces hemos dicho que no tenemos tiempo para hacer algo  que realmente podríamos haber realizado? En general, nos sentimos cautivos de nuestro propio tiempo y lo que es más triste, asumimos la fase de letargo en nuestros principios por no querer salir de esta situación. El tiempo te da la felicidad y te quita la sensación de agobio o ansiedad permanente. Debemos ser capaces de buscar tiempo para aquello que nos puede orientar, nos puede hacer pensar de otra manera o nos hace simplemente más felices o diferentes. El tiempo es algo finito que debemos ser capaces de disfrutar. Jornadas de trabajo eternas y sostenibles en el tiempo sólo pueden ser llevadas durante periodos temporales certeros, finitos y acotados… No es más útil aquel que más trabaja sino aquel que es feliz haciendo lo que hace y haciendo disfrutar al resto de sus colaboradores. Seguro que con este escenario si fuera sostenible, al final, el trabajo y calidad del mismo será exquisito. Pero aquí no vamos a entrar en este punto, lo dejaremos para próximas reflexiones.
Propongo un pacto con nuestro tiempo, de manera que podamos dejar unas horas al día a disfrutar de aquello que nos gusta, fundamentalmente en compañía de nuestros compañeros, amigos, familiares…y por supuesto a horas coherentes de intercambio de vivencias y experiencias. Las horas de madrugada de disfrute personal no valen de mucho y quizás, nos autoengañan y son horas basadas en la “facilidad”. Tenemos un reto a nuestras espaldas y un reto que sólo depende de nosotros: Seamos dueños de nuestro tiempo y busquemos intervalos que nos carguen las pilas y satisfagan nuestras inquietudes más elementales: cariño, aprendizaje, networking y autorrealización.
¿Podemos ser capaces de incorporar esta metodología en nuestras vidas? Seguro que sí.

Memoria, Dignidad y Justicia: Patrones de un buen feedback

Las situaciones que a uno le tocan vivir no hacen más que acrecentar la necesidad que disponemos todos de poder escucharnos los unos a los otros. El post de hoy trata de dibujar cuáles serían las claves de un buen proceso de evaluación de resultados y comportamientos.
Para ello y en base a evaluaciones del desempeño y resultado, es necesario tomar en consideración las siguientes normas básicas:

1)      El feedback es continuo, por  tanto, no esperes al último día para realizar la evaluación  de todo el año.
2)      Para que un feedback sea realista, debes argumentar y ofrecer evaluación basada en hechos objetivos y nunca utilices juicios de valor.
3)      Ponte en el lugar del evaluado y analiza la mejor forma de expresar los hechos objetivos.
4)      Busca un lugar discreto, lejos de inferencias externas.
5)      Dedica el mejor tiempo  de tu jornada laboral para transmitir el resultado de la evaluación. Cuanto mejor transmitas el mensaje, más productiva será la evaluación de los comportamientos y objetivos alcanzados.
6)      Sé transparente y genera confianza, evita reproches y juicios que no llevan a nada.
7)      Ten claro el intervalo temporal a analizar y la evolución del evaluado durante los últimos años.
8)      El evaluador debe pensar que el evaluado es el único activo que tiene y por tanto, deberá cuidar las formas y el modo en que se realiza el proceso de evaluación.
9)      Permite que haya una opinión contrastada y no te dejes llevar por sensaciones de terceros.
10)  Sé justo con el resto del equipo de evaluados.
11)  El proceso de evaluación no debe estar basado en una metodología de hechos consumados, es decir, da un feedback antes de que el proceso esté completamente cerrado y permite que tenga su tiempo la opinión del evaluado.
12)  Sé exquisito en el proceso.
13)  La evaluación de comportamientos y objetivos enriquece profesionalmente a cada uno de los evaluados de tu equipo.
14)  Realiza un proceso de gestión de personas y por tanto, analiza la dimensión humana profesional que todo proceso de evaluación lleva asociado.
15)  Escucha, escucha y escucha.

¿Habéis puesto en práctica este tipo de acciones? ¿Podemos ser excelentes y justos en las evaluaciones de cada uno de los miembros de nuestro equipo?