Archive for julio 2011

Chávez: La huida en busca de algo mejor

Cada día nos quedamos más perplejos ante la falta de dignidad política de ciertos líderes o representantes de determinados países. No puedo creer cómo la poca mano izquierda de determinados mandatarios ahoga cualquier atisbo de querer erigirse como democráticos y constitucionales.

Cuba o Venezuela, Venezuela y Cuba. Es posible que el Señor Chávez, que defiende el imperio de un país cubierto por su propia autoestima, escape para continuar su cuidada operación a otro país vecino? Dónde están las libertades de su pueblo y lo que es más triste, dónde está la libertad para que sus ciudadanos puedan elegir una sanidad en otro país. Cuando uno tiene problemas, cuando la situación convierte y pone en peligro la vida (personal o profesional), huimos en busca de aquello que consideramos mejor… Cuántas veces hemos podido ver esto en nuestro entorno más cercano!!. Sirva el caso de la huida sanitaria de Chávez para poner un ejemplo claro de que las cosas no son tan buenas como algunos quieren hacerlas ver. La libertad, esa palabra tan fácilmente repetible y tan egoístamente corrompible, cada vez está más cuestionada. La libertad de uno se basa en la cautividad de muchos. Seamos coherentes pero lo que es más importante, seamos ejemplares. ¿Es un ejemplo político y ciudadano, la huida del autoconsiderado democrático universal presidente Chávez a otro país a continuar con el proceso de recuperación de su enfermedad?. Aquí dejo la reflexión pero lo que es más importante, aquí dejo la valoración de las oportunidades que cada uno de nosotros tiene en función del entorno en el que hemos podido desarrollarse.

El Recuerdo positivo: una obsesión constante en nuestras Organizaciones

Estamos en días grandes. Hace un poco más de un año que nuestra selección ganó su primer campeonato Mundial de fútbol. Cómo las grandes hazañas son recordadas de un modo muy especial; sin embargo, en cada efemérides siempre me asalta la gran duda, cuántas veces hemos realizado cosas grandes en nuestras Organizaciones y cómo las vamos olvidando no con un año de tiempo, sino incluso con unos pocos días.

La memoria es muy volátil y efímera. Tendemos a vivir de las malas experiencias y recordar situaciones malas con mayor facilidad que con las grandes y bonitas experiencias. Estaba convencido de que las cosas importantes nunca se olvidan y más aún si estas cosas te causan un sentimiento negativo (los sentimientos negativos suelen dejar huella más profunda en nuestra conciencia); sin embargo, ahora ya no pienso lo mismo. Creo fundamental no tener ningún tipo de experiencia negativa que recordar y debemos ansiar en buscar aquello positivo. Uno es aquello que anhela encontrar. Vivamos de aquello que queremos ser y evitemos asumir aquello que no queremos ser. Y sobre todo, hagamos grande aquello que en nuestras organizaciones hemos considerado como positivo.

¿Podemos llegar a vencer las reticencias y vivir día a día los momentos positivos en nuestro trabajo? Seguro que sí, pero este esfuerzo nos requiere de un entrenamiento emocional.

SGAE: Una polémica bien servida


La verdad que ya pocas cosas me sorprenden. A medida que uno va forjándose en lo que se considera vida, nos damos cuenta del poco criterio asociado a la ética profesional en el mundo de determinadas Organizaciones.

Estamos ante una nueva y potencial trama de corrupción empresarial, en este caso, dentro de la SGAE. Mientras unos contribuyen a un canon más o menos mediático y politizado por el uso de determinados contenidos de autor, otros se encargan de enriquecerse en base a un dinero recogido de manera fácil. Por favor, dónde están esos autores y editores y lo que es mas importante, dónde está ese grito de los miembros de la SGAE en contra de su Comité Directivo y Consejo Rector? Yo no lo veo. Si bien cuando nos disponemos a recaudar todos han manifestado un deseo y un proceso justo y necesario por proteger una propiedad intelectual, ahora, cuando se está en un potencial proceso de fraude, enriquecimiento o desvío de fondos, todos aquellos que manifestaron el deseo recaudatorio en “defensa de la propiedad intelectual”, ahora están callados… No me parece una postura coherente y mucho menos, me parece una actitud lógica.
¿Y qué me decís del modo en que ese proceso judicial se ha llevado a la práctica?… Señores, esto no puede ser y lo que es más triste, cómo el movimiento político se ha replegado y ocultado alrededor de la SGAE. Cuando necesitamos lanzar determinadas noticias y apoyar al movimiento mediático del mundo de las “artes”, aparecemos en primera línea de la batalla, pero cuando las cosas no parecen estar lo más asépticas en una determinada Organización, vamos reculando y ocupando las posiciones más alejadas… Curioso planteamiento!!!
En mi reflexión, he podido ver cómo no hay nada bueno o nada malo, sino que por el contrario, todo es una actitud que adoptamos ante los hechos que nos acontecen. Lo que estoy viendo estos días entorno a la SGAE me horripila, me cabrea y me hace aferrarme cada vez más a los principios éticos y al castigo severo cuando se juega con sentimientos y dinero colectivo y cómo el estrato político repliega filas ante el mínimo miedo percibido que les pudiera enturbiar su existencia…

Señores miembros de la SGAE, si creen en algo, pidan responsabilidades en su Órgano de gestión…y si no lo hacen, no nos hagan creer en las razones que lo justifican…

El proceso de la comunicación

Este post pretende concienciarnos en el uso de las palabras y la necesidad de considerarlas en su suficiente dimensión, contexto y tiempo en el seno de las Organizaciones
Cada vez más uno escucha la poca mano izquierda que solemos tener cuando nos enfrentamos al diálogo con nuestros semejantes. Efectivamente muchas veces pecamos por defecto y otras por exceso pero ¿somos capaces de poder discernir en qué medida debemos usar el lenguaje de nuestra comunicación dentro de la empresa?
Me doy cuenta de que la forma con la que nos dirigimos a nuestros colaboradores constituye un reflejo fiel de cómo somos y cómo queremos comportarnos. La comunicación es un proceso muy complejo que utilizamos constantemente y es por ello, que debemos entrenarnos en cómo decir las cosas y en cómo interpretarlas. La comunicación es un proceso de tres partes: emisor, medio y receptor. Si bien no podemos actuar sobre el medio, sí estamos obligados a conocerlo para poder hacer más efectivo el mensaje, asegurando cómo puede ser mejor interpretado. Dejando a un lado el medio, me gustaría centrarme en las otras dos partes fundamentales: emisor y receptor:

  • El emisor somos nosotros mismos, llenos de capacidades, prejuicios y habilidades desarrolladas. Nunca el emisor es igual al receptor, aunque aparentemente podamos considerarnos muy semejantes. La habilidad y destreza del emisor no sólo debe autoanalizarse en el proceso de comunicación, sino también debemos estar suficientemente “abiertos” a entender al receptor.
  • El receptor siempre nos puede sorprender y por tanto, debemos estar preparados para ello. Es el elemento clave que articula nuestro discurso. El propósito del emisor es poder hacer llegar el mensaje tal cual quiere transmitirse a pesar de las limitaciones que el medio nos puede interponer así como aquellas existentes en nuestro receptor.

Pero, analizamos estas deficiencias del proceso de comunicación cada vez que pretendeos hacer llegar un determinado mensaje a nuestros colaboradores? Asumimos que nuestro interlocutor y sus condiciones de escucha son variables a lo largo de tiempo? Sinceramente, cada vez más se nos escucha menos pero también cada vez más comos peores emisores…